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Desde hace un poco de tiempo, varios conceptos fundamentales fueron transformándose, principalmente en el exterior del ser humano, pero también en su interior, y así, a diario escuchamos que varios tabúes dejaron de ser, convirtiéndose hoy día, en algo más que cotidiano, o por lo menos, muy impuesto. Lo extraño es que hasta ahora no existe un análisis de si fue aquello mejor o lo que hoy palpitamos es más bueno o más perjudicial.
Los más jóvenes soportan así una serie de mentiras que les venden en forma cotidiana a través de los distintos medios, la misma música, películas y cuantas más. No existe más ese respecto que todas tenían cuando se refería a su cuerpo, a sus emociones y sentimientos, a su estabilidad emocional, no, hoy día, más que nunca las mujeres deben soportar una corriente de la era cavernícola respecto a su ser y modo de ser.
Por ejemplo, la vestimenta. Los términos "cuando menos ropa, mucho mejor", o otro "mucha ropa", hacen que las jóvenes se pierdan en una poco clara sociedad de caníbales irresponsables que luego, ni siquiera son capaces de responder por sus actos.
Así, se cuenta dentro de las estadísticas que como nunca las jovencitas se están embarazando, y los padres, ¿de dónde?
Pero los reclamos son inútiles si también a la vez no formulamos algunas recomendaciones y por eso, valgan éstas:
- El viejo cuento de una relación esporádica u ocasional no es justamente algo que para una mujer tenga realmente valor. Lo recomendable es mantener la autoestima elevada. Ya dice ese cuentito del maestro a quien se le consultó porqué un hombre que tiene muchas mujeres es un ídolo y una mujer que tiene muchos novios es una ramera, a lo que el maestro contestó: "una cerradura que cualquier llave la abra, no tiene valor, más aquella que solo una llave, esa sí es valorada".
- La responsabilidad del otro es fundamental en toda relación. Hasta dónde llegará nuestra media naranja cuando la cuestión se torne embarazosa. La mujer no puede salir corriendo como lo hacen algunos, pues carga (y lo debe hacer con alegría) con un nuevo ser.
- La familia nunca, pero nunca, debe ser relegada por un tercero. Ese es un error común, pero cuando la relación no funciona, al único lugar al que recurrimos es a la familia. Por ello, la familia primero.
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